Por: Valentina Pérez Botero
Twitter: @vpbotero3_0
252 ciudades protestarán el 25 de mayo a las 14:00 contra Monsanto. La extensión geográfica de la protesta refleja una preocupación generalizada del campo y los consumidores
ante las prácticas de la trasnacional: monopolio de semillas, costo de
agroquímicos, repercusión ambiental, la falta de un etiquetado claro en
los productos –que se especifique el uso o no de transgénicos– y las
consecuencias en la salud humana.
Además de las demandas que se expresarán
en lo que se ha denominado como la marcha internacional contra
Monsanto, la preocupación también drena a través del ciberactivismo:
Avazz.org tiene actualmente dos peticiones en línea que involucran a los
alimentos genéticamente modificados.
“Monsanto vs. La Madre Tierra”, con
más de un millón 893 mil firmas –la meta son 2 millones–, demanda que
la Unión Europea llene los vacíos legales en su legislación que han
permitido a las empresas de la agrobiotecnología apropiarse la patente
de frutas como el melón y vegetales como el brócoli y el pepino.
La segunda petición, “Rompamos el yugo de Monsanto”, denuncia el cabildeo político de la trasnacional y su intervención en políticas públicas:
en el caso documentado de California invirtió 45 millones de dólares
para bloquear una ley que exigía el etiquetado de transgénicos.
Otro de los rubros que preocupa a los agricultores es el ciclo económico que monopoliza Monsanto: patente de las semillas –en EE.UU., 96 por ciento son variantes MON–, pesticidas, herbicidas y fertilizantes.
América Latina también alzará la voz:
México DF – del Ángel de la Independencia al Zócalo;
Santiago de Chile - en Ahumada con Alameda;
Guayaquil – del Malecón Guayaquil al Parque Guayaquil, por avenida Olmedo
Loja, Ecuador – Plaza central de Vilcabamba
Quito – de la Plaza de la Independencia a la Asamblea Nacional
