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Yo al Gobierno y tú a la guerrilla

Paloma Guillén Vicente, hermana del subcomandante Marcos, se ha convertido en viceministra de Gobernación y pieza clave del nuevo Gobierno mexicano. Tras haber jugado un papel destacado en la campaña electoral de Enrique Peña, ahora ya flamante presidente, Guillén ha coordinado en la transición los temas legislativos y a partir de ahora será la encargada de población, migración,  asuntos indigenas y  religiosos.



A los hermanos Guillén Vicente les gusta cambiarse el nombre. Seguramente lo hacían de niños en su natal Tamaulipas, aguijoneados por sus nombres compuestos.

Paloma se llama en realidad Mercedes del Carmen y era ya una prometedora militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) cuando su hermano Rafael Sebastián dejó de dar clases en la Universidad Autónoma de México (UAM) en Xochimilco, al sur de la ciudad de México, y se fue a la selva de Chiapas, en el sur del país, para preparar una revuelta indígena y campesina de la que pronto se cumplirán 20 años. Y en la que reapareció como el subcomandante Marcos, jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Paloma ha sido desde entonces tres veces diputada y ha ocupado diversos cargos dentro del PRI, incluso un puesto burocrático en el Gobierno estatal de Tamaulipas en el que desató las amenazas de uno de los cárteles que se disputan a matanzas ese estado del Golfo de México. Su eficacia acabó por meterla en el círculo de nuevos valores priístas que, junto a los viejos, rodea al nuevo presidente mexicano.



Su mayor desafió será el de detener la sangría de emigrantes centro y suramericanos que tratan de cruzar México  a lomos del tren conocido como la Bestia y caen en manos de funcionarios de Migración corruptos, bandas como las maras y mafias criminales como Los Zetas. Sobre todo en Tamaulipas y en Chiapas. Marcos sigue allí, en la selva Lacandona. Aparte escritos de solidaridad con otras causas, no ha aparecido desde hace años, cuando la fotógrafa Rebeca Salomón lo tomó rumiendo el país descompuesto que encontraba en su gira. Una premonición del regreso del PRI que él contribuyó a apartar del poder.