La polémica reforma, considerada como la mayor reforma laboral del país en casi cuatro décadas, consiguió el voto del Senado, de este modo logró finalizar su trámite Legislativo y remitido al Ejecutivo federal para que sea decretada.
Justo cuando los senadores acudían al hemiciclo para decidir sobre la reforma, los integrantes de distintos sindicatos rodearon el edificio gubernamental, al mismo tiempo que llenaron las principales calles aledañas.
A pesar de que casi 500 personas intentaron impedir la aprobación de la revisión, incluso con el bloqueo de las calles como la avenida de los Insurgentes, pero la fuerte presencia policial impidió la intervención del pueblo en dicho proceso estatal.
El proyecto de ley contó con 99 votos a favor y 28 en contra, la minoría opositora pertenecía a los partidos de izquierda.
En el texto legal enviado al Gobierno no se incluyen los artículos 388 y 390 de la Ley Federal del Trabajo, eliminados anteriormente por la Cámara de Diputados, en las que se había puesto limitaciones respecto a las condiciones en las que los sindicatos celebran un contrato colectivo con los trabajadores.
Además de haber una gran oposición en contra de la aprobación de la reforma, también existían dudas sobre su constitucionalidad, por el desacuerdo existente entre la Cámara de Diputados y el Senado en torno a los dos artículos señalados.
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